miércoles, 10 de septiembre de 2014

Origen de nuestra congregación

Nuestra congregación se fundamenta en el espíritu que animó a San Francisco de Asís y a sus seguidores, esto es: “Vivir el santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, siguiendo sus huellas en obediencia, pobreza y castidad”. Nace bajo el profundo espíritu de vida conventual y monástico, heredado del carisma franciscano de los Colegios Apostólicos y el cual fue transmitido por nuestro Padre Fundador Fray José del Refugio Morales Córdova, del Colegio Apostólico de Propaganda Fide de Pachuca.   

Como respuesta a las necesidades del Pueblo de Dios y como un modesto esfuerzo suscitado por el Espíritu Santo, surge el 10 de agosto de 1874 en la ciudad de México, la congregación de Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción.

En esa época, la pérdida del carácter sacro y numerosos casos de religiosos que abandonaban su vida consagrada para convertirse en laicos eran razones suficientes para realizar un esfuerzo especial que contribuyera a conservar, sostener y difundir los grandes valores de la vida consagrada con la protección maternal de la Santísima Virgen María, bajo la advocación de la Inmaculada Concepción.

Sor María de la Luz Vásquez, Sor Juana Méndez y Sor María del Refugio Maldonado fueron nuestras primeras hermanas, quienes a imitación del testimonio y la inspiración de nuestro Padre Fundador, quisieron ser parte de dichos ideales y los transmitieron al resto de la congregación que crecería a través de los años hacia diferentes partes del mundo.  


Sus primeras labores pastorales fueron el servicio a los enfermos en los hospitales y la educación cristiana a las niñas pobres.  
Ambas misiones se convirtieron en el resultado de la conversación permanente con Dios y la firme convicción de que debían restaurar la viña del Señor, destrozada por la persecución religiosa. 

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